Encotraron una molécula que puede cambiar la forma de tratar la ateroesclerosis
Científicos del CNIC identificaron una molécula de la microbiota intestinal que causa ateroesclerosis, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
Un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) logró un hallazgo sin precedentes: identificaron una conexión directa entre una molécula producida por la microbiota intestinal y el desarrollo de ateroesclerosis, una condición que endurece las arterias y puede desencadenar enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en el mundo.
La molécula en cuestión es el imidazol propionato (ImP), un metabolito generado por ciertas bacterias intestinales. El estudio, publicado en la revista Nature, reveló que la presencia de ImP en sangre está asociada causalmente con la aparición de ateroesclerosis, incluso en personas que aún no presentan síntomas evidentes.
Un avance clave en diagnóstico y tratamiento
Hasta ahora, la detección de la ateroesclerosis dependía de técnicas de imagen complejas y costosas, muchas de ellas fuera del alcance de los sistemas de salud públicos. Sin embargo, este descubrimiento podría cambiar el enfoque. Según Annalaura Mastrángelo, primera autora del estudio, la detección de ImP en sangre abre una nueva puerta a métodos diagnósticos más accesibles y tempranos.
Por su parte, el doctor David Sancho, también primer autor e investigador del CNIC, destacó: "No solo hay una asociación, sino una causalidad. Este metabolito causa la enfermedad, lo que permite pensar en nuevas terapias dirigidas".
El rol inflamatorio del ImP y las nuevas vías terapéuticas
La investigación también demostró que el ImP activa el receptor imidazolínico tipo 1 (I1R), lo cual provoca una inflamación sistémica que favorece la progresión de la ateroesclerosis. Pero los ensayos en ratones aportaron una luz de esperanza: el uso de bloqueantes del I1R detuvo el avance de la enfermedad, incluso en animales alimentados con una dieta alta en colesterol.
Este enfoque sugiere una estrategia futura: combinar el bloqueo del I1R con tratamientos que reduzcan el colesterol para lograr un efecto preventivo sinérgico.
Un cambio de paradigma
Con estudios en ratones y 400 voluntarios humanos, los científicos comprobaron que la microbiota intestinal tiene un papel clave en la aparición de enfermedades cardiovasculares. Esta nueva mirada pone al intestino en el centro de la prevención y el tratamiento, abriendo paso a intervenciones personalizadas y cambios sustanciales en la forma en que se aborda una de las mayores amenazas para la salud global.